Mi experiencia en este intercambio fue muy buena, aprendí sobre cosas que no tenía idea y no me había preguntado antes, sobre la preservación digital y las implicancias de ésta. Esto lo vi muy bien cuando fui a la biblioteca nacional, donde Jeannette y Pamela me recibieron amablemente y me mostraron más acerca de éste mundo, como por ejemplo las complejidades técnicas y resistencia a la frustración cuando un equipo tecnológico no funciona, las búsquedas de soluciones a problemas, el pensar en las causas de los errores, y también me sirvió para darme cuenta lo importante que es tener un nivel mínimo de inglés para comunicarme.
Me llamo poderosamente la atención la parte de limpieza y mantención de cintas analógicas, el cual demostró ser un trabajo sumamente arduo y laborioso, que parece de nunca acabar, pero que sin embargo resulta crucial y alguien debe hacerlo. Aprendí como todas las ideas son bienvenidas, que hay mucho trabajo por hacer en este área y que es necesario tener un buen equipo de trabajo para avanzar eficazmente.
Otra ocasión en la cual siento que aprendí cosas valiosas y nuevas fue en el marco del taller de archivo comunitario en canal de televisión Señal 3 de La Victoria; donde me surgieron muchas dudas, entre ellas el lugar escogido para establecer el taller, y más importante, el lugar donde se ubicaba dicho canal de televisión. Esto fue rápidamente respondido al inicio de la presentación de introducción donde se habló de la importancia histórica de esa población durante la dictadura, hecho que yo desconocía por completo y que siempre es oportuno saber y conocer.
La gente fue muy amable, había un ambiente muy grato, muchas personas de distintos países, sin duda un gran intercambio cultural.
Lo que más me llamó la atención fue la digitalización de un video grabado en los años ochenta aproximadamente, los aparatos usados y sus funciones, y el cómo se conectaron para llevar a cabo tal acción.
Cuando nos dividimos para ayudar y conocer el trabajo de clasificar las cintas U-Matic, me quede con tres compañeros de sonido, con una chica uruguaya y una estadounidense, no recuerdo sus nombres pero fueron muy simpáticas. Estuvimos mucho tiempo en el proceso de análisis y traspasar la información a Word sobre las viejas cintas; debo reconocer que no ayude mucho y que el trabajo me pareció bastante repetitivo y agotador, pero por lo mismo, es muy admirable el trabajo que se dan de preservar los valores culturales lo máximo posible, poniendo mucho esfuerzo en ello.
Como no todo es trabajo, se realizó un almuerzo comunitario muy ameno, se dispuso de una mesa a lo té supremo, y el menú del día fue un rico plato de lentejas.
De ésta experiencia rescato la buena onda y el espíritu de compañerismo de todos los que estuvieron presentes, la motivación de preservar material para la posteridad, la historia de aquellos barrios y el aprender más de estas nociones de preservación.
Agradezco la experiencia, ha sido un curso divertido a pesar de haber sido interrumpido por un Paro de actividades en pleno semestre. Gracias a Pamela Vizner por darnos herramientas y mostrarme un mundo que no sabía que existía y que me resultó muy interesante de conocer.
Por Bruno Alejandro Bañados Torres
Estudiante Lic. Artes Mención Sonido
Universidad de Chile